
Una cuenta por cobrar es una cuenta de activo. Es decir, las cuentas por cobrar representan el dinero que un cliente le debe, por lo que se consideran un activo corriente en el balance general.
¿Qué fondos se consideran cuentas por cobrar?
Dependiendo del estándar contable que utilice, el total de cuentas por cobrar se clasifica de formas ligeramente diferentes.
Las empresas en EE. UU. utilizan los PCGA (Prácticas Contables Generalmente Aceptadas). En este sistema, el saldo de las cuentas por cobrar en sus informes financieros debe ser igual al monto total que espera cobrar de los clientes (el «valor neto realizable») dentro de un período de informe determinado. Este saldo no debe incluir ninguna deuda incobrable.
En otros países, como la UE, el Reino Unido, Canadá y Australia, se utilizan las NIIF (Normas Internacionales de Información Financiera). En este marco, las cuentas por cobrar son el dinero que se espera cobrar por las facturas pendientes en los próximos doce meses.
¿Qué tipo de cuenta es una cuenta por cobrar?
Una cuenta por cobrar es una cuenta de activo. Es decir, las cuentas por cobrar representan el dinero que un cliente le debe, por lo que se consideran un activo corriente en el balance general.
Tipos de cuentas por cobrar
- A clientes: Son las más comunes y surgen de ventas de mercancías o servicios a crédito.
- Documentos por cobrar: Son derechos de cobro respaldados con documentos legales, como pagarés, letras de cambio o cheques posfechados.
- Cuentas por cobrar a empleados: Incluyen préstamos, anticipos de sueldo u otros conceptos que los trabajadores deben devolver.
- Otras cuentas por cobrar: Incluyen deudas de terceros no relacionadas directamente con ventas, como préstamos otorgados a asociados, accionistas o instituciones externas.
Riesgos de las cuentas por cobrar
- Incobrabilidad: Existe la posibilidad de que el cliente no pague.
- Pérdida de liquidez: Si los plazos de cobro son muy largos, la empresa podría tener dificultades para cubrir sus propias obligaciones.
- Costos administrativos: Requieren seguimiento, gestión de cobranzas y, en algunos casos, gastos legales.
Buenas prácticas en la gestión de cuentas por cobrar
- Evaluar la solvencia del cliente antes de otorgar crédito.
- Definir políticas de crédito claras, incluyendo plazos, montos máximos y condiciones de pago.
- Ofrecer descuentos por pronto pago para incentivar la cancelación anticipada.
- Dar seguimiento constante mediante recordatorios, llamadas o sistemas de cobranza.
- Registrar provisiones para cuentas incobrables en caso de que un cliente no cumpla con el pago.
- Automatizar el proceso con sistemas de facturación y cobro.